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CRONICA.
El pasado 1 de Mayo fui uno de los “afortunados” en tomar parte en la travesía a nado que pretendía unir las islas de Formentera e Eivissa. No por la ruta más corta, sino entre las localidades de Es Pujols (Formentera) y Santa Eulària des Riu (Eivissa), a priori 30 Km.
Durante la tarde anterior habíamos estado planificando la aventura, preparando los avituallamientos, probando la temperatura del agua, 16 ºC, demasiado fría..., la idea era hacer paradas de un minuto cada media hora y una de cuatro cada dos horas.
Así pues con todo dispuesto y el nudo en el estómago, alrededor de las 7:30 AM iniciamos la aventura.
Desde el inicio pude confirmar mi mayor temor, ¡el agua estaba helada! Y
teníamos que aguantar unas diez horas…no tenía claro llegar a Santa
Eulària.
Fueron pasando las horas, los avituallamientos, los bancos de medusas, corrientes todavía más frías…faltarían unos siete quilómetros cuando “el
viento se volvió en contra y la dureza fue extrema para todos los
nadadores, que tuvieron que luchar contra grandes olas a pesar de su
evidente y lógico cansancio. Estas adversidades hicieron que se avanzara
más lentamente de lo previsto. Parecía que era imposible pasar la Cala
d´en Serra, pero los competidores se sobrepusieron y llegaron hasta Cala
Llonga, donde se dio el bocinazo que anunciaba la libertad para nadar
por libre y luchar por llegar antes a la playa de Santa Eulària, en la
que se reunió un importante número de aficionados, deseosos de aplaudir a
los valientes nadadores de larga distancia” (Diario de Ibiza).
En
mi caso, tras nadar 11 horas y 34 minutos, llegué a la playa de Santa
Eulària, cansado pero feliz por haber logrado concluir el reto más
difícil no solo por la distancia, que finalmente fueron más de treinta
quilómetros, sino por la temperatura del agua, HELADA!!!!.
Uno
de los grandes interrogantes: ¿qué haces, en que piensas tantas horas?
depende... en la Batalla de Rande pretendía despistar a mi canoísta para
localizar el tesoro que dice la leyenda se esconde en la Ría de Vigo.
En la Bocaina no tuve tiempo para pensar por el “globo” (mareo) que cogí, llegando
a ver al mismísimo Napoleón emergiendo bajo las aguas. En esta travesía
formé parte de un experimento: El estudio de los gases emitidos por el
cuerpo humano según tipo de avituallamiento. La conclusión es que la
intensidad de los gases en duración y olor es directamente proporcional
con el número de geles consumidos, a mayor número de geles, mayor
intensidad. Los sándwiches de crema de cacao, en menor proporción
aumentan también la formación de gases. Descubrí que los pedos bajo el
agua acaban emergiendo y también huelen. ;-).
MI ENHORABUENA A TODOS MIS COMPAÑEROS DE AVENTURA, CAYAQUISTAS, JEFA DE EXPEDICIÓN Y EL RESTO DE PERSONAS IMPLICADAS....
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