9 de Junio de 2012, 6:00 am. Empezaban a aparecer las
primeras pinceladas de claridad que permitían divisar a lo lejos la silueta de
la Isla de Cabrera, el punto de partida
de nuestro reto.
Tenía muy claro que no podía pasar lo que me pasó en la
Bocaina…para ello me había concienciado que cumplir escrupulosamente con los
avituallamientos era una de las claves de la travesía…la otra era
reducir al mínimo el riesgo de mareos, para ello iba cargado de biodraminas
colocadas calculadamente por el interior
del neopreno junta a geles y un
antiinflamatorio, por si las moscas…también había previsto beber algo de
isotónico cada media hora, por ello había ideado un dispositivo alrededor de la
boya que arrastraba que me permitió colocar un par de bidones…con
todo esto confiaba llegar a Mallorca.
Por último faltaba la mentalización, había visualizado la travesía, unas ocho
horas nadando sin parar, ¿en qué pensaría?...ufff, en principio era cuestión de
no pensar en nada.
El día antes ya nos habían advertido que no era el más apropiado
para una travesía de esta
complejidad. Confiamos en nosotros... la aventura es la aventura.
Alrededor de las 8 de la mañana, los dos grupos que íbamos a
intentar llegar a Sa Rápita desde
Cabrera, tras cubrir los 25 Km que las separan, iniciamos la aventura. Desde el
principio vientos de noreste de 14 nudos dificultaban el avance. En mi caso
notaba que no deslizaba con facilidad…y
aún quedaba toda la travesía!, era cuestión de no pensar en Sa Rápita. Así mi primer reto era zamparme un “bocata de
nocilla” en cuanto llegara al primer avituallamiento. Casi una hora después el
primer objetivo lo di por cumplido. El segundo objetivo que me marqué era
llenarme la boca de cuantos más plátanos mejor…para ello tenía que nadar otra
hora más… Alrededor de las 10:15 daba
por conseguido el segundo objetivo. Y así se fue desarrollando la travesía, de
objetivo “gastronómico” en objetivo “gastronómico”, yo creo que engordé y
todo!. Cada vez Cabrera quedaba más atrás.
Alrededor de la tercera hora tuve un episodio parecido a las
alucinaciones de la Bocaina pero mucho
más leve…empecé a tener visiones de
telas con topos rojos que emergían, al estilo traje de folclórica, me
estaba mareando, ante el riesgo que
acabara apareciendo la mismísima Lola Flores, me zampé una biodramina… al
instante noté el efecto, de nuevo un azul oscuro penetrado por los rayos del
sol que se unían en el infinito de las profundidades invadió mi vista.
Me encontraba bien a
pesar de la lesión de hombro que arrastro desde hace meses, mis brazos tiraban sin problemas. Solo me
hago un reproche: ¿Cuando voy a ser capaz de nadar en línea recta?!?!? . Durante
gran parte de la primera mitad de la travesía, mi trayectoria
dibujó los cantos afilados de un
cuchillo del pan: mi referencia era la canoa y
me pegaba a ella, contaba veinte brazadas, levantaba la cabeza y me encontraba alejado como quince metros del señor de la canoa, llegué a
pensar que me tenía manía, así durante las primeras tres o cuatro horas, no
quiero pensar los metros de más que haría…finalmente me pegué de tal forma a la canoa, que creo que a cada brazada mojaba al pobre
canoísta, por eso imagino que en los dos
últimos tramos intentaba no ir a mi lado, o detrás o delante. El hombre muy
correcto no se quejó.
Y por fin llegamos al último avituallamiento, “bocata de
nocilla”, puñado de trozos de plátano en la boca y salí disparado. Quedarían unos 1500 metros
cuando me percaté que algo naranja me
seguía, por un momento pensé, producto del cansancio, que un tiburón naranja se
acercaba a mí a toda prisa… enseguida divise que delante de la “cosa” naranja tiraba un humano con el gorro negro y serigrafiado el lema de la travesía: NO HAY
PRUEBA DURA, SINO MENTE DEBIL. Era Juan José Serra, que finalmente
llegaría en primera posición.
Alrededor de las 15:45, toqué tierra, Tras 7 horas y 33
minutos en el agua del “Gran Azul”.
Mi agradecimiento a la organización, por haber hecho posible
esta gran aventura. Una travesía muy bien organizada por deportistas para deportistas.
Y mis felicitaciones a mis compañeros:
Juan Jose Serra, Juan Sanchez, Toni Contestí , Sergio
Salomone, Xavi LLoret ( con el que seguro que compartiremos muchos tiros en la
Batalla de Rande), Joan Carles Mendoza, Tobias Frenz, Raul Martí, Enrique
Selma, Eduard Goula, Enrique Mora, Daniel Nájera, Rafa Muñoz….y als col.legues
catalans: Sandra Oliveres ( la única mujer, en Septiembre intentará cruzar el
Estrecho de Gibraltar), Pere Dalmau ( que próximamente intentará un reto
increíble, Alcúdia-Mataró en relevos), Joan Vinyoles ( compañero de otras
aventuras y un gran tío) y Toni Colomo ( en Septiembre intentará cruzar el
Estrecho de Gibraltar).